Pechugas de pollo al pesto, una forma sana y deliciosa de añadir sabor a este sencillo plato
Estas pechugas de pollo en salsa pesto son una posible solución. Son muy fáciles de hacer, tienen un sabor y encantarán a toda la familia. Según el gusto personal de cada uno, estas pechugas se pueden acompañar con diferentes guarniciones. Quedan deliciosas acompañadas de arroz, de unas patatas cocidas o fritas, de tomates cherri o con una ensalada cuando entremos en los meses más calurosos.
Aunque estemos acostumbrados a usar esta salsa italiana, hecha con albahaca y frutos secos, para platos de pasta, su sabor la convierte en una candidata perfecta para darle vida a otros platos. El ingrediente estrella de esta preparación es la albahaca, una hierba aromática con un aroma y sabor muy característicos. Este aromatizante natural tiene además múltiples propiedades, tales como calmar irritaciones cutáneas, ayudar en la digestión o activar el sistema inmunológico.
Las pechugas de pollo son un recurso muy común cuando buscamos comer algo fácil, rico y sano. Pero es cierto que pueden llegar a cansar a nuestro paladar, incluso a ser algo insípidas si no sabemos cómo cocinarlas correctamente.
Son muy populares entre quienes buscan comer ligero o están a dieta, pero la ausencia de grasa las hace, en ocasiones, sosas y secas. Para solucionar este problema, nada como una salsa llena de sabor que hidrate nuestro pollo y le dé un punto más original. Y si es una salsa casera, hecha con productos frescos, muchísimo mejor.
Con esta receta, llena de productos frescos y deliciosos, podrás aprender a acompañar la carne de pollo de una forma muy sabrosa. Además, el paso a paso de esta receta es tan fácil que la puede preparar cualquiera, incluso si no se tiene ningún conocimiento de cocina.
Pechugas de pollo al pesto con tomates cherri
Ingredientes
4 pechugas de pollo
2 manojos de albahaca fresca
100 g de nueces, piñones o almendras
50 ml. de aceite de oliva
150 g de queso parmesano rallado
Zumo de medio limón
Sal y pimienta al gusto
Ajo
Patatas o tomates para acompañar (opcional)
Elaboración
Precalentamos el horno a 200º. Salpimentamos el pollo y lo colocamos en una bandeja para hornear. Ponemos un poco de agua para que haya humedad. Lo metemos en el horno durante unos 30 minutos.
Mientras el pollo se cocina, preparamos el pesto. Colocamos en un vaso de batidora la albahaca, el zumo de limón, las almendras o frutos secos, el queso y el ajo. Trituramos hasta lograr una salsa homogénea. Una vez batidos los ingredientes, añadimos el aceite de oliva y una pizca de sal si se necesita. Reservamos.
Unos 10 minutos antes de que el pollo se termine de hacer, añadimos en el horno unos tomates Cherry con unas cucharadas de aceite de oliva, que servirán de acompañamiento. .
Minutos antes de retirar el pollo del horno, calentamos la salsa de pesto en una sartén.
Ponemos las pechugas en una fuente y cubrimos encima con la salsa de pesto. Acompañamos con unos tomates. Si queremos, podemos añadir una pizca de queso por encima, que se derretirá con el calor restante.